Festival Mundial de las Resistencias y Rebeldías contra el Capitalismo

Hace poco nos preguntaron ¿Quiénes son? Somos “nosotros”, fue y será la respuesta. Así, sin más. Un “nosotros” que se aleja irremediablemente del “yo” egoísta y que actúa bajo la lógica capitalista. Un “yo” individual que niega al colectivo, pero que en cambio, se vanagloria por la acumulación de beneficios personales, cueste lo que cueste y sobre quien se tenga que aplastar.

“Nosotros” como un colectivo más que está abajo y a la izquierda, como ustedes. Después nos preguntaron si acaso teníamos algún contacto directo con los compas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con sus comunidades rebeldes, autónomas y en resistencia o con el Congreso Nacional Indígena (CNI). La respuesta fue no. El único contacto real que tenemos con ellos sigue siendo el del corazón, el que creemos más importante.

Primer Festival Mundial de las Resistencias y Rebeldías contra el Capitalismo “Donde los de arriba destruyen, los de abajo reconstruimos”.  En agosto, después de haberse concluido las jornadas de miradas y palabras de la Compartición de Pueblos Zapatistas y el Congreso Nacional Indígena “David Ruiz García”, apareció el llamado. Un espacio donde las muy diversas resistencias pudieran compartir sus pensamientos, sus luchas y sus rebeldías.

El programa inicial proponía seis puntos para desarrollar el festival entre los días 22 de diciembre y 3 de enero: Estado de México, Morelos, Distrito Federal, Campeche, el caracol Oventic, y finalmente las reflexiones y conclusiones en el Centro Indígena de Capacitación Integral (CIDECI) en San Cristóbal de las Casas. En las comunidades de estos diferentes lugares, las palabras y miradas de los delegados, así como de los padres de los 43 normalistas desaparecidos en el estado de Guerrero, ya están siendo compartidas.

Si algo hemos aprendido de los compas zapatistas y de los pueblos originarios de México en resistencia, es el caminar. Y en el camino hemos descubierto que para que nuestros pasos anden, es necesario aprender a ser libres. En otras palabras: caminamos y al mismo tiempo aprendemos. Y bajo ese concepto de libertad que nos han enseñado los dignos indígenas rebeldes, es como nos atrevimos a tomar su iniciativa.

No hemos tomado la idea del festival para sustituir, sino para acompañar. En este estado los poderes políticos y económicos insisten en demostrarnos y darnos la razón en lo que ya sabíamos desde hace tiempo; es decir, en que sus leyes, sus elecciones y toda su atiborrada demagogia no contribuyen con un solo gramo en la construcción de nuestra libertad. Con todo esto, creemos que en esta ciudad también se tienen muy diversas resistencias y rebeldías contra el capitalismo.

Este espacio es pues, para mirarnos por primera vez o reencontrarnos. Queremos ser escuchados y escucharlos, que nos cuenten cómo ha sido su caminar por el sendero empedrado de la resistencia que lleva al horizonte, donde siempre hay todo y nada. Si logramos encontrarnos, después del día de hoy el “nosotros” será más incluyente y quedará muy poco espacio para el “yo” egoísta. Inevitablemente, nuestro contacto también será, a partir de ahora, con el corazón, uno que gritará ¡Rebeldía!, sin importar el  calendario y la geografía en donde nos encontremos.

Y ahí sí, como lo dijo algún día un encapuchado, de esos que tanto desprecia el Estado: Sea cual sea el resultado inmediato de la lucha, y las peripecias y vicisitudes de los años y lustros por venir, en el mediano plazo “… vamos a ganar. De eso no hay duda”.

 

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