Decía Julio Acerete, al escribir sobre Durruti, que “la prueba de la soledad es el infierno por el que tarde o temprano, tiene que pasar todo revolucionario autentico». A nosotros la soledad ya nos hastió y por eso decidimos salir a buscarlos. En este breve recorrido, nos hemos encontrado con colectivos y grupos de afinidad, algunos de ellos ya con muchos años de trabajo. Les hablamos de nosotros y hacia dónde queremos ir.
El reto es encontrar al ciudadano de pie, a aquella mujer que vende verduras en el mercado, al doctor que nunca se tituló, al estudiante insatisfecho y a todos aquellos que en su cotidianidad viven con rebeldía. No queremos convencer a nadie; solamente deseamos mostrar caminos. Aquí caben las ideas de todos los que en su pensar y sentir se manifiestan como seres libertarios.
No pretendemos arrojar bombas si no son las del pensamiento y no intentamos destruir si no es construyendo las ideas desde abajo, marcando el camino, paso a paso, colocando pieza tras pieza para que el porvenir sea uno menos pesado. Charlas, discusiones, talleres, la escuelita libertaria y hasta rock and roll; todo organizado bajo la autogestión y las simples ganas de hacer algo.
Te queremos encontrar, pues, y cuando nos reconozcamos en la ruta, solamente una cosa te vamos a pedir, y eso será: que Libre te quiero.